Los tapones lagrimales son dispositivos diminutos que se colocan en los conductos lagrimales del ojo (también llamados puntos lagrimales). Los conductos lagrimales son aberturas diminutas que permiten que las lágrimas salgan del ojo. Los tapones, que tienen aproximadamente el tamaño de un grano de arroz, impiden que el líquido salga del ojo. Esto ayuda a que la superficie del ojo se mantenga humectada y sin irritaciones, lo que alivia la picazón, la quemazón y el enrojecimiento del ojo.